El secuestro inesperado


       Un día como cualquiera, Juana había salido de compras. Siempre dejaba su auto en el mismo estacionamiento, pero esta vez, fue diferente. Estacionó tranquilamente y se fue. Pero al volver, no vio personas por ningún lado. Juana, un poco nerviosa, empezó a buscar sus llaves. De la nada, un auto frenó rápidamente y ella se sobresaltó cuando pudo ver el auto. Inmediatamente bajó un hombre muy alto, de cabello canoso  y musculoso. Juana trató de caminar más rápido, pero no pudo. El hombre comenzó a perseguirla hasta que llegó hasta una calle sin salida y consiguió atraparla. Ella trató de gritar para que la ayudaran, pero sus gritos fueron en vano, nadie apareció y  el hombre la metió raudamente  en el baúl de su auto.
  Después de un rato, varias personas comenzaron a salir a la calle. Todos habían escuchado los gritos de Juana, pero nadie sabía a dónde se la habían llevado. Comenzaron a sospechar de dos hombres que habían estado cuidando los autos las últimas horas y cuya contextura física era similar a la de aquel individuo. Eran dos hombres de considerable estatura, con cabello claro. Ambos se veían un poco asustados después de lo sucedido, serían cómplices del desconocido que se la llevo minutos antes, Juana lo conocería, tendría algún vínculo con el hombre canoso. Muchos eran los interrogantes. Por lo cual, la gente decidió llamar a la policía. Pero la policía no supo resolver el crimen, entonces ese fue el momento en el que acudieron a mí, Carla.
   Luego de escuchar lo contado por los testigos, que por cierto no fue de mucha ayuda comencé  a analizar distintas teorías sobre el suceso de hechos,  por ejemplo, si Juana se había paralizado en el momento que vio el auto, sería porque se acercaba alguien conocido y que no esperaba ver en ese momento. Si Juana habitualmente solía realizar sus compras, lo haría acompañada….
  -Déjenmelo a mí. En cuanto pedí las cámaras de seguridad,  se despejó toda duda, esto se trató de un secuestro. Las cámaras de seguridad mostraron a Juana pasar días anteriores del brazo de un sujeto que según el identikit que pudo armar la policía con los datos aportados parecería ser  aquel hombre que se la llevó.  
  Mientras tanto, la policía custodiaba a los dos hombres que al principio eran sospechosos, y aún lo seguían siendo.
  Mientras seguía el rastro y los contactos en la policía ayudaban a tener más datos de la víctima como la averiguación de su domicilio, donde horas más tarde , ya entrada la madrugada,  coincidimos con la policía local y varios medios de comunicación en medio de un alboroto de gente curiosa,  pudimos mi gente y yo ingresar en la escena del crimen donde nos encontramos con el irremediable final de un crimen pasional,  ella tendida en la cama con una puñalada en el corazón  y él a su lado con un tiro en la cabeza.
  Una vez más el amor se muestra en esta historia con su lado más oscuro.

Comentarios

  1. Mejor, pero no se observa la estructura del cuento policial: no hay investigación prácticamente y el crimen se resuelve solo en el último párrafo.

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