El secuestro inesperado
Un día como cualquiera, Juana había salido de compras . Siempre dejaba su auto en el mismo estacionamiento, pero esta vez, fue diferente. Estacionó tranquilamente y se fue. Pero al volver, no vio personas por ningún lado. Juana, un poco nerviosa, empezó a buscar sus llaves. De la nada, un auto frenó rápidamente y ella se sobresaltó cuando pudo ver el auto. Inmediatamente bajó un hombre muy alto, de cabello canoso y musculoso. Juana trató de caminar más rápido, pero no pudo. El hombre comenzó a perseguirla hasta que llegó hasta una calle sin salida y consiguió atraparla. Ella trató de gritar para que la ayudaran, pero sus gritos fueron en vano, nadie apareció y el hombre la metió raudamente en el baúl de su auto. Después de un rato, varias personas comenzaron a salir a la calle. Todos habían escuchado los gritos de Juana, pero nadie sabía a dónde se la habían llevado. Comenzaron a sospechar de dos hombres que habían estado cuidando los autos las últimas horas y cuy